lunes, noviembre 05, 2007

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LA..c;ESPECIES DEL CONOCIMIENTO
Inmediatamente percibimos el rojo o el verde que
vemos, el dolor o la aleirla que experimentamos. M;u
cuando ae habla de la intuicjón no ae piensa en esta
intuición sensible, aino en una intuición no 5ensible,
espiritual. Tampoco ésta puedll nepne. Cuando, por
ejemplo. comparamos el rojo y el verde y pronunciamos
el juicio: "el rojo y el verde son distintos", este
juicio descansa patentemente en una intuición espiritual
inmediata. En una intuición semejante de6clI.nsan
también aquellos juicios que tenemos ante nosotros
en las leyes lógicas del pensamiento. El principio
de contradicción, por ejemplo, afinna que entre el
sor y el no ser existe la relación da la mutua exclusión,
relación que intUimOI igualmente dCl un modo
espiritual. l.n el punto inicial y en el punto final de
nuestro conocimiento 'se halla, pues, una aprehensión
intuitlva. Aprehendemos de un modo inmediato, intuitivo,
tanto lo inmediatamente dado, de CJ.ueparte
nuestro conocimiento, como los últimos princIpios que
consituyen las bases del mismo.
Como queda dicho, suele aplicarse la denominación
de "intuición" y de "conocimiento intuitivo" tan sólo
a la intuición espiritual. Pero aún debemos hacer
otra restricción. Tampoco debemos llamar intuición,
en sentido riguroso, a la aprehensión inmediata de la
relación entre dos contenidos sensibles o intelectuales
a que acabamos de referimos. Caso que queramos conservar
la palabra, debereinos hablar de una intuición
formaL Esencialmente distinta de é5ta es la intuición
materi",l, en la cual no se trata de una mera aprehensión
de relaciones, sino del conocimiento de una realidad
"material", de un objeto o un hecho suprasensible.
Esta intuición mi\terial es la que llamamos intuición
en sentido propio y riguroso. .
Esta intuición material puede ser de diversa índole.
Su diversidad está fundada en lo más hondo de la
estructura psiquica. del hombre. El ser espiritual del
hombre presenta tres fuerzas fundamentales: el pensil.'
miento, el sentimiento y la voluntad. Advirtamos ex-
'-1. EL PROBLEMA DE LA INTUICióN y SU HISTORI.'.
Conocer significa aprehender espiritualmente un objeto.
Esta aprehensión no es por lo regular un acto
simple, sino que consta de una pluralidad de actos.
La conciencia cognoscente necesita dar vueltas. por
.decirlo así, e.n torno a un objeto, para aprehenderlo
realmente. Pone su objeto en relación con otros, lo
compan con otros, saca conclusiones, ete. Así hace el
especialista, cuando quiere definir su objeto desde
todos los puntos de vista; así hace también el metafísico,
cuando quiere conocer, por ejemplo, la esenci:l
del alma. La conciencia cognoscente se sirve en ambos
casos de las más diversas operaciones intelectuales.
Se trata siempre de un conocimiento mediato, cliscursivo.
Esta última expresión es singularmente exacta,
porque la conciencia cognoscente se mueve, en efecto.
de ;¡'luí para allá.
Ahora bien, cabe preguntar si hay un conocimiento
inmediato además del mediato, un conocimiento intuitivo
además del discursivo. El conocimiento intui.
tivo consiste, como dice su nombre, en conocer viendo.
Sil peculiar índole consiste en que en él se aprehende
inmediatamente el objetQ, como ocurre sobre todo en
la visilln. N::tdie podrá negar que hay un copoc:imiento
!emejant~. Aprehendemos inmediatamente, en efecto.
todo lo d.do en la experiencia atCI1U o intero;!.

preaamente que con esto no se significa en modo alguno
tres facultades del alma independientes, sino tan
lólo tres diversas tendencias o direcciones de h. vida
psíquica humana. Conformc a csto debemos distinguir
una intuición racional, otra emocional y otra volitiva.
El órgano cognoscente es, en la primera, la razón;
en la segunda, el sentimiento; en la tercera, la voluntad.
En los tres casos hay una aprehensión inmediata
de un objeto. y esto es justamente lo que pretende
expresarse con la palabra "intuición". Si se tiene esto
presente, no se experimentará ninguna dificultad ante
la expresión de "intuición volitiva", que suena a paradójica
en un principio.
A la misma división llegamos si partimos de la estructura
del objeto. Todo objeto pr~scnta tres aspectos
o elementos: esencia. existencia y valor. Por consiguiente.
podemos. hablar de una intuición de la esencia,
una intu.ición de la existencia y una intuición del
valor. La primera coincide con la racional, la segunda
con la volitiva. la tercera con la emocional.
Para dar a nuestras consideraciones abstractas y esquemáticas
un contenido más concreto, hagamos pasar
a grandes rasgos ante los ojos de nuestro espíritu la
historia del problema de la :nttlición. Platón es el primero
que habla de una intuición espiritual, de una
intuición en sentido estricto. Según él, las Ideas son
percibidas inmediatamente, in tu idas espiritualmente
por la raZÓn. Se trata de una intuición material. pues
lo que vemos son determinados contenidos espirituales,
realidades "materiales". Esta intuición debe caracterizarse.
además. como una intuición estrictamente racional.
Pues es una función del intelecto. representa
una actividad rigurosamente teórica. intelectu.al.
En Plotino, el renovador del platonismo, la intuición
del NtlS reemplaza a la intuición de las Ideas,
como ya hemos visto. Esta intuición del Nus es una
actividad puramente intelectual. como la intuición
platónica de las Ideas. Pero Platino conoce, además
de la intuición del Nus, una intuición inmediata del
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principio supremo de la realidad, de lo Uno. En IU
tratado "De la contem.plación", que se encucntra en
las Enéadas, pinta Plotmo COnpalabras entusiastas la
lublime contemplación de lo Divino. Esta misma p'intura.
revela que la contemplacióu de Dios no es en
Platino algo puramente racional, sino que está fuerte.
mente empapada de elememos emocionales. Es una
contemplación miitica, en que no ;ólo tiene parte
el illlelecto, sino también las fuerzas activas del hombre.
Cosa análoga pasa con San AgUJtíTI.que justamente
en la teoria del conocimiento está influido fuertemente
por Platino. Para el padre de la Iglesia. el Nus coin.
~ide con el Dios personal del cristianismo, como ya se
ha indicado. El x6af.lo; vorrcó;, el mundus intelligibilii.
le convierte de este modo en el contenido del pensamiento
divino. Visto en esta perspectiva, Dios se prelenta
al "platónico cristiano" como vcritas aeterna el
incommutabilis, que encierra en su seno tod;.s la,
cosas, incommutabiliter vera. En consecuencia, San
AgUJtín habla de una, visión de lo inteligible en la
verdad inmutable o inc1usc de una visión de esta
misma verdad. También para él se trata de una intuiciún
puramente racional. Pero,' como Plotino, tamo
bién él conoce un grado superior de' visión divina:
en la experiencia religiosa, en las vivencias rel igins:¡s,
entramos en contacto inmediato con Dios. le vemos
de un modo inmediato, místico. Esta visión mística
de Dios se presenta en San Agustírl -que en este punto
se baIla influido también por la Biblia- como UII
proceso en el fondo emocional. de un modo más [lIerte
aún que en Platino, el cual todavía está demasiado
en poder del intelectualismo griego.
El pensamiento, de una visión mística de Dios pasó
de l.as obras de San Agustin a la mística de la Edad
Media. tsta se presenta como la adversaria de la escolástica
inteleetualista. Mientras ésta sólo admite un
conocimiento diseursivo racional, la mística defjclii2c
e1.derecho de la intuición, en especial de la intuili\)il
religiosa. "El método frio, abstracto e impersonal de
la siiogística, con IUS ri¡idas formas, reilas y argu.
mentOl, no el para la mística el ideal o el medio único
y exclusivo de alcanzar la verdad. La míltica ve una
fuen te de verdad tan segura, si no IUperior, en las
vivencias y experiencias subjetivas, en la intuición subjetiva,
en el vidne, sentire y e"pirere espiritual. y en
los sentimientos y deaeos -en ocasiones extraordinariamente
intensOl- que acompañan a las vivencias 6 intuicionea
íntimas." (üBuwl.R-BAUMGAItTNETRra,tado
de historia de 14 filosofía, 10~ ed., 1915, p. 328).
Ambas concepciones se hacen (rente en la alta escolástica.
La contienda entre el agustinismo y el aristotdismo
que domina el siglo XIlI, no es en el fondo
otra cosa que una contienda en tomo a los derechos
de la intUición, en especial de la intuición religiosa.
Los partidarios del agustinismo, con San Buenaven.
tura a la cabeza, tienen enfrente a los defensores dtl
aristotelismo, con Santo Tomás de Aquino como jefe.
Aquéllos proclaman una visión inmediata, mística de
Dios; éstos sólo admiten un conocimiento mediatO,
discursivo, racional, del mismo. Según aquéllos, Dios
puede ser experimentado y vivido inmediatamente,
puede ser visto espiritualmente; según éstos, necesita
ser demostrado.
Si pasamos a la Edad Moderna, el cogito ergo sum,
de Descartes, significa el reconocimiento de la intuición
como un medio autónomo de conocimiento. El
principio cartesiano no encierra, en efecto, una inferencia,
sino una autOintuición inmediata. En nuestros
actos de pensa~iento no vivimos inmediatamente como
reales, como existentes. tste es su sentido. Hay,
pues, aquí una intuición material, que se refiere a
un hecho metafísico.
El reconocimiento de la intuición como una fuente
autónoma de conocimiento se encuentra también en
Pascal, que con su afirmación: le coeur ti ses ra!Sons,
que la raison ne conn4it pas, pone al lado del conocimiento
por el intelecto un conocimiento por el c;orazón,
al lado del conocimiento racional un conocimiento
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emocional Se encuentra asimismo en Malebranche,
cuya tesis epistemológica fundamegul, nous vtyYonJ
toutes el,oses en Dieu, bemos ~ncionado anteriormen.
te. En Spin024 y en Lcibniz, por el contrario, la intui.
ción no representa ningún papel notable en la teoría
del conocimiento. Lo mi6mo pasa en Kant. Éste sólu
conoce u"a experiencia, que consiste en la elaboración
conceptual del material empírico. Otra especie de expe.
riencia, en el sentido de una aprehensión inmediata
del objeto, de una.intuiciÓD espiritual, nQ es conocida
de él. Lo mismo que para el intelectualismo medieval
y el racionalismo moderuo, también para Kant ha)"
sólo un conocimiento discursivo-racional.
Concepciones muy distintas son las que encontramos
en la filosofi/!!.inglesa anterior a Kant. Su representante
más ilustre, David Hume, tiene la convicción de que
nuestra razÓn no puede conocer que hay cosas, ni tampoco
cuál es su esencia. Todo 10 que rebasa el conteni.
do' de nuestra concjencia escapa, según él, al conocimiento
racional. Se ha llamado a Hume muchas veces
escéptico, a consecuencia de esto. Pero el escepticismo
de Hume se refieI:e exclusivamente al conocimiento
teórico-racional. Según H'/:lme, el centro de gravedad
del ser humano no reside en el lado teórico, sino eu
el práctico. Conforme a esto, Hwne pone al lado del
órgano del conocimiento teórico y racional otro órgano
práctico e irracional. Es el que denomina "fe" (belie!),
y entiende por tal una aprehensión y asentimiento in.
tuitivos y emotivos. "La fe -advierte- es mucho má~
propiamente un acto de la parte afectin de nuestra
naturaleza que de su parte pensante". Gracias a esta
fe, que radica en un instinto psiquico, alcanzamos.
según Hume, la certeza de la realidad del mundo exte.
rior, que resulta un problema insoluble para la razón
teórica.
Así como Hume sostiene que conocemos de un modo
inmediato la realidad, otros ffiósofos ingleses del siglo
XVUIadmiten un conocimiento intuitivo en el terreno

de lOI valores. El principal representante de esta doctrina
es un discípulo de Shaft¿sbury, Hutcheson. Según
IU teoría, aprehendemos inmediata, emotivamente, tanto
IOi valores de lo bello corno los de lo bueno. El
órgano cognoscitivo es en el primer caso ,el "sentido
estético", en el segundo el "sentido moral". Hutcheson
se esfuerza por introducir en la ética el concepto del
moral scnse. Nuestros juicios de valor ético no descan-
Jan en la reflexión -enseña-, sino en la intuición. El
valor o el no-valor ético de una acción no se conoce
aplicando a la acción una unidad de medida general,
una norma ética suprema, y midiéndola con ella, sino
de un modo inmediato intuitivo. Así corno nuestro seno
tido visual percibe inmediat~mente los colores, el sentido
moral percibe las cualidades valiosas de una acción
o de una intención.
Si pasamos al siglo XIX,encontramos que la intuición
representa un importante papel en el idealismo alemán.
Mientras Kant sólo había reconocido una intuición sensible,
rechazando expresamente, por e'l contrario, una
intuición no sensible, intelectual, su sucesor Fichte es
de otra opinión. Según él hay una intuición espiritual,
intelectual. Es el órgano mediante el cual el yo abso.
luto se conoce a sí mismo y conoce sus acciones. En
Fichte se trata, pues, de una intuición metafísico-racio.
nal. Lo mismo pasa en Schelling. Su filosofía de la
identidad define lo absoluto corno la unidad de la Na.
turaleza y el Espíritu. Este absoluto es aprehendido
por nosotros mediante una intuición intelectual. No
otra cosa enseña Schopenhauer. tste empieza coinci.
diendo con Kant en la doctrina de que nuestro enten.
dimiento, nuestro conocimiento discursivo racional, es-.
tá encerrado en los límites del mundo fenoménico. Si
no hubiese otro medio de conocimiento, la esencia de
}a¡ cosas permanecería eternamente oculta para nosotros.
Pero hay otra especie de. conocimiento, y en esto
se aleja Schopenhauer de Kant. Ea la intuición espi-
;itual. Mediante ella aprehendemos la esencia de la"
cosas y encontramos la clave de la metafísica.
Un conocimiento intuitivo en el terreno religioso es
enseñado en el siglo XIX, sobre todo, por Fries y
Schleiermacher. El primero distingue tres fuentes de
conocimiento: el saber. la fe y el presentimiento. "Sa.
bemos de los fenómenos, creemos en la verdadera esen.
cia de las cosas, presentimos ésta en aquéllos." Fries
define el presentimiento como "un conocimiento por
puro sentimiento". Por su medio aprehendemos en lo
temporal lo eterno, en 10 terrenal lo divino. El pre.
sentimiento es, según esto, el órgano del conocimiento
religioso. Schleiermacher piensa de un modo análogo.
Frente al racionalismo y al moralismo insiste en que
la religión no es saber ni hacer. No tiene su sede ni
en el intelecto, ni en la voluntad, sino en el sentimien.
to. Consiste por esencia en una aprehensión cmotiva.
intuitiva, de' la unidad y del principio del universo.
La religión, declara Scheleiermacher en sus muy leídos
Discursos sobre la religión, es "un sentimiento y una
intuición del universo".
Fijemos aún brevemente la vista en la posición de la
filosofía contemporánea frente al problema de la intuición.
El neokantismo toma una actitud de ruda repulsión.
Esto debe decirse muy especialmente de la
escuela de Marburgo. Su fundador, Hermanrl Cohen,
se vuelve COn innegable animosidad contra los "pre.
dicadores de la intuición". tsta es, según él, una ilusión
y, por ende, la viva contradicción del pensamiento
científico. Por eso no puede tomarse nunca en consi.
deración 'como medio metódico de conocimiento. Hav
que mantener por el contrario la exigencia de "!in método
para un conocimiento". O en otras palabras: sólo
hay un conocimiento radonaJ discursivo y un métndr,
racional deductivo fundado en él. Ésta es tamhién \a
posición de la escuela de Baden, aunque no se exprese
de un modo tan crudo'. Tampoco para ella puede con.
aiderarse la intuición como medio legítimo de conoci

miento. También ella se opone al intuicionisrno, rechi1-
zándolo en rodas sus formas, como muestra especialmente
el libro de Ricke,ot sobre "la filosofía de la vida".
La acdtud del realismo crftico frente a la intuición
es tambi4n proo.ominantemente negativa. Así declara,
por ejemplo, ]oscPh Geyser: "Respecto de la intuición
como fuente do conocimitilto, debo hacer las mayores
rescrras; pues este concepto es sumament(ttica, 1918. p. 91). y aunque se conceda que el valor
moral de! determinadas formas de conducta (por ej«mplo:
la justicia, la templanza. la pureza) puede probarse,
al monos hasta cIerto grado. medi:mtero este absoluto
de la metafísica es tato codo distinto del Dios
.de la religión. Aquél es un ser, éste es en primer- término
un valor. Y como todos los valores, también el
valor de Dios nos es dado exclusivamente en la experiencia
interna. DiOl no liega a nuestra presencia en
la actitud metafísico-racional, sino sólo en la' experien-
.da religiosa.. .
. Debemos oponer al inte1ectualismo religioso el hecho
, 1 MAl detalles sobre este punto, en mi obra San .4.gwtin 1M"pi/icación ", lG IICtualidad,Stuttgart, 192..
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de que la certeza que el hombre religioso posee res--
pecto de Dios es de una índole comPletamente distinta
de la que se obtiene mediante complicados razonamientos
metafísicos. Si la fe religiosa en Dios reposase
en semejantes bases, no poseería esa absóluta
invencibilidad que tiene efectivamente en el hombre
religioso. Nadie se ha dejado martirizar hasta hoy
por una hipótesis metafísica; pero millones de hombres,
dentro y fuera del cristianismo, han derramado
la última gota de su sangre por su fe en Dios. Este
hecho habla un lenguaje claro para todo el que no,
tenga prevenciones.
Actividades: Redacte una reflexión acerca de la intuición según la lectura.

1 comentario:

cuervo azul dijo...

Acorde a lo leído en el texto y al conocimiento adquirido mediante lecturas y la meditación, Se puede concluir que de acuerdo a las diferentes escuelas que estudian el fenómeno de la intuición, se puede conceptualizar que la intuición puede tener orígenes diversos, como lo son el intelectual, el emocional y el espiritual. Basados en las filosofías budistas y del cristianismo gnóstico arcaico, la intuición solo viene del ser, es decir del espíritu innato quien recuerda todas las existencias y sirve de guía en el camino del conocimiento.
El uso de la intelectualidad y de la emocionalidad es la representación del ego quien utiliza la personalidad como distracción de las vivencias reales adquiridas. Por ejemplo la sensación y conocimiento real de una materia determinada viene exclusivamente de la intuición espiritual, pues no se ha realizado esfuerzo cognitivo para el aprendizaje. Basándonos en Jung y su inconsciente colectivo, nos muestra un lazo de conocimiento ancestral que une a los seres humanos ahí también se encuentra la intuición espiritual.
El conocimiento intelectual y emocional es una forma estructural para la formación de la personalidad de manera de tener herramientas para vivir en un mundo material, pero estos conocimientos son momentáneos y limitados y son variables acorde al tiempo, en cambio el conocimiento intuitivo interior es universal y atemporal, por ello las grandes filosofías siempre son actuales y vigentes.
La intuición espiritual debe ser la guia de la intelectual y de la emocional de manera que el individuo pueda mantener su conocimiento vigente durante todas
Las etapas de la vida.
Conclusión Intuición interior espiritual es la base del conocimiento y de la evolución del ser.
Ramón Salvatierra